
Uno
de los efectos del
cambio global es el
aumento de CO2 atmosférico.
Esto provoca
cambios importantes sobre los
seres vivos y los
ecosistemas.
Un estudio, liderado por la
Unidad
de Ecología Global
de CREAF-CSIC, relaciona este fenómeno global con
los movimientos de las
masas forestales perennifolias, como
los bojedales, los encinares o los pinares, en detrimento de
las caducifolias, como los hayedos o los robledales.
En
las últimas décadas se han observado movimientos de
las masas forestales de la
tierra. Concretamente, en el
área mediterránea, los científicos han observado
como
los bosques de hoja perenne, formados por bojedales y
encinares, han ido ganando
terreno a costa de los bosques
de hoja caduca como los hayedos o los
robledales.
Afirman
que las altas concentraciones de CO2 provocan
una mayor tasa de fotosíntesis y
un uso del agua
más eficiente por parte de las plantas. Asimismo señalan
que, debido a las diferencias estructurales de las hojas, los
árboles perennifolios
presentan este fenómeno
mucho más intenso que los caducifolios. Esto les da
más competitividad
y facilidad para ganar territorio en este
nuevo escenario ambiental.
El aumento de la concentración del CO2 en la atmósfera es una de las consecuencias del cambio global. Esto provoca efectos sobre los seres vivos y altera el funcionamiento de los ecosistemas. Los investigadores ponen de manifiesto que este fenómeno provoca cambios muy importantes sobre los seres vivos.
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